A la hora de proteger un garaje
nunca debemos olvidar prestar atención a aquellas zonas susceptibles de ser
impactadas por la parte delantera del vehículo. Incluso para modelos de coches
con una defensa delantera robusta, el uso de protección es una garantía de
seguridad y tranquilidad. Pero… ¿Qué hay de ese morrito fino y delicado de
muchos modelos de coches donde impera más el concepto de “embellecedor” que el
de “defensa”? ¿Están condenados esos coches a una irremediable visita al taller
de chapa y pintura cada vez que se produce el menor de los roces?
El uso de una protección blanda
es aconsejable, pero cuando una defensa delantera está dañada aparecen astillas
y salientes cortantes que pueden desgarrar, de adelante a atrás, una protección
blanda fabricada en espuma o similar. Especialmente en rampas y paredes de
paso, el uso de cualquier tipo de espuma o gomas finas puede amortiguar algún
impacto pero la durabilidad de esos productos será mínima. Al poco tiempo
acabarán descuartizados en aquellos puntos de roce frecuente. Si en protección
de esquinas las soluciones caseras no funcionan, en protección de rampas menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario