Cada vez que protegemos garajes
con techos bajos me entra cierta sensación de claustrofobia al entrar y
maniobrar entre las plazas. Por suerte es una sensación que rápidamente se
disipa. Lo que es imposible disipar, porque está muy presente, es el riesgo a
impactar contra estructuras en techos y vigas de paso. Proteger estas zonas con
materiales acolchados evita los daños por golpes tanto de vehículos como de
personas.