Quizás no sean jónicas, ni
dóricas, ni corintias, pero no debemos olvidar que las columnas de nuestros
garajes soportan la carga de nuestros hogares. Son el vital esqueleto de los
edificios. Pero, ¿no habría forma de convencerlas para que se fueran retirando,
a un lado, a medida que fuéramos avanzando con nuestro coche? Cuántas maniobras
nos iban a ahorrar, cuánta tranquilidad! Qué fácil sería si no fuera por lo
complicado que se presenta el entablar conversación con esas masas de hierro y
hormigón. Así que, resumiendo, las columnas son importantes, desde luego, pero
estorbar… estorban mucho.
Vayamos por partes. Puesto que son importantes, debemos velar por su buen estado de conservación y revisarlas periódicamente para confirmar que no presentan daños. Por otro lado, hay que mantener las columnas señalizadas, usando colores que las resalten, para que sea mucho más fácil detectarlas y evitar que se “mimeticen” con el suelo o las paredes.
Vayamos por partes. Puesto que son importantes, debemos velar por su buen estado de conservación y revisarlas periódicamente para confirmar que no presentan daños. Por otro lado, hay que mantener las columnas señalizadas, usando colores que las resalten, para que sea mucho más fácil detectarlas y evitar que se “mimeticen” con el suelo o las paredes.
Foto cedida por Proyect6 |
Aún así, los espacios de maniobra puede
que sean reducidos, o puede que la ubicación de la columna resulte un estorbo
inevitable. De hecho, en muchos casos, es fundamental recubrir las columnas con
productos acolchados adecuados. Al fin y al cabo, recordando una frase de cine
muy conocida de El Padrino II, "Ten cerca a tus
amigos, pero ten aún más cerca a tus enemigos".
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